Semillas de limón: deja de tirarlas a la basura – no tienes ni idea de todos los beneficios que esconden

Casi todos los días, usted utiliza limón para preparar comidas, desengrasar sartenes o incluso para limpiar el horno. Sin embargo, siempre tiras las semillas de limón. Debe saber que estas semillas de cítricos pueden utilizarse de muchas maneras y resultar útiles en muchas circunstancias.

El limón es un cítrico con muchas propiedades. Consigue animar cualquier plato haciéndolos únicos y sabrosos. Incluso una ensalada clásica puede estar deliciosa con solo un poco de zumo de limón.

Pero cuando exprimes el limón, caen las semillas y las tiras inmediatamente a la basura. Esto es un gran error que no hay que volver a cometer.

Germinar semillas de limón en un tarro

Las semillas de limón no son tan inútiles como podría pensarse. Al contrario, se pueden reutilizar tanto en el jardín como en casa. Uno de los métodos más comunes es germinarlas. Con muy poco esfuerzo, puedes obtener una hermosa planta. Bastan unos minutos y un poco de empeño para plantarlas.

Para germinar semillas de limón, lávalas primero con agua corriente para eliminar todos los restos de pulpa. Evidentemente, debes utilizar agua a temperatura ambiente.

A continuación, sécalas despacio y con cuidado. A continuación, póngalas sobre un pañuelo de papel y, con ayuda de unas pinzas, intente quitar la piel que recubre la semilla. Como la semilla húmeda tiene la piel blanda, ésta es una operación muy sencilla de realizar. A continuación, pon la semilla en un bote de yogur con algodón humedecido dentro para que pueda germinar. Al cabo de una semana aproximadamente, verás aparecer un pequeño tallo verde.

Cuando las raíces se hayan formado bien, puedes plantar el brote joven en una maceta con tierra blanda y drenante. Colócalo en un lugar cálido y luminoso a una temperatura de entre 18° y 26°C. La planta no necesita luz solar directa.

El método de la taza

Debes saber que también puedes optar por la técnica de la taza para germinar semillas de limón. Todo lo que tienes que hacer es llenar una taza con tierra blanda. A continuación, planta las semillas en forma de espiral para evitar que se enreden a medida que crecen. Mantén siempre la tierra húmeda. En unos días, verás el plantón de limonero creciendo lentamente y llenando la rasse.