Para cultivar tomates sanos, maduros y jugosos, hay que evitar cometer ciertos errores: he aquí el procedimiento correcto para regarlos.
En general, las tomateras necesitan unos 2,5 cm3 de lluvia a la semana. Se trata de una cantidad media. Durante las estaciones más cálidas, puede que no sea suficiente. Las necesidades de agua aumentan cuando las tomateras se cultivan en macetas y el suelo es principalmente arenoso. Por otro lado, los tomates pueden necesitar menos agua si el suelo es arcilloso y tiende a estancarse, si el aire es rico en humedad y si las plantas tienen un hábito de crecimiento determinado.
Por lo tanto, no es posible dar una indicación precisa de las necesidades de agua del tomate. Son plantas que necesitan mucha agua pero durante el riego hay que tener en cuenta muchos factores.
Cómo regar tomates correctamente: éste es el procedimiento
En la primera fase del cultivo de tomates, haz canales de riego en los que puedas colocar una bomba de pequeño calibre. Instala la bomba en el suelo para que el agua fluya hacia el canal de riego. Deja el agua a muy baja presión. El agua, que fluye lentamente, llegará a cada planta a través del canal de riego.
Riegue sus tomateras tras el trasplante de forma regular y sin sobreabundancia hasta el momento de la formación del fruto. En las primeras fases de desarrollo de la tomatera, los riegos deben ser menos abundantes para que las pequeñas raíces puedan extenderse para conseguir la humedad que necesitan.Con la formación de los frutos, necesitarás aumentar la cantidad de agua administrada. Pero recuerde que la tierra no siempre tiene que estar empapada, sólo húmeda. Para mantener el suelo húmedo, el abono es útil. Evite las láminas de plástico, ya que tienden a quemar las raíces y chamuscar las coronas de las plantas.