Los tomates son uno de los alimentos cotidianos más populares para preparar sabrosas salsas. Ya sea para pasta o para salteados de verduras, aportan un sabor único a la mayoría de los platos. Pero si tiene una gran cantidad de tomates en casa, necesita conservarlos bien para evitar que se estropee su sabor. ¿Cómo conservar los tomates adecuadamente? En lugar de congelarlos o enfriarlos, colócalos boca abajo.
Guarde los tomates con los tallos hacia abajo.
Los tomates son una de las hortalizas imprescindibles a la hora de hacer la compra. Permiten realizar una panoplia de recetas, cada una tan apetitosa como la siguiente. Los tomates combinan bien con la albahaca, las hierbas provenzales, el ajo y los quesos frescos. Sin embargo, cuando los tomates están demasiado maduros, resultan blandos e inservibles.

Por suerte, nuestras abuelas tienen esta técnica infalible que te permite alargar la vida útil de los tomates durante varios días sin pasar por el frigorífico. Así, en lugar de enfriarlos en la nevera, lo único que tienes que hacer es colocar los tallos de los tomates en una cesta de fruta. Este es un método que realmente funciona para no acelerar la maduración de tus tomates y conservarlos más tiempo para hacer una salsa gourmet para cubrir tu pasta más tarde.
Si pones los tallos de los tomates boca abajo, este colorido alimento conserva su color rojo brillante y su textura firme durante varios días. Están listos para una salsa fresca o una ensalada. Gracias a este truco de conservación, tus tomates se mantendrán frescos y jugosos durante más tiempo. No se enmohecerán ni se pudrirán. Así no tendrás que tirarlos ni siquiera después de varios días de conservación.
¿Por qué no deben conservarse los tomates en el frigorífico?
Aunque la mayoría de las frutas y verduras pueden conservarse en el frigorífico, no ocurre lo mismo con los tomates. Son un alimento que debe conservarse a temperatura ambiente. A los tomates no les gusta la baja temperatura del frigorífico porque puede alterar su sabor y textura. De hecho, el frío puede convertir los tomates en un alimento harinoso y sin sabor. Éste es también el caso de los tomates cereza que no deben introducirse en el frigorífico a una temperatura inferior a 12°C. De lo contrario, pierden su sabor dulce y delicioso.