La albahaca es una de las hierbas aromáticas más utilizadas en la cocina. En todos los hogares hay al menos una planta de albahaca en maceta durante el verano. Fácil de cultivar, bonita y, sobre todo, aromática, la albahaca es el ingrediente estrella de la cocina. Puede utilizarse para animar una gran variedad de platos de forma sencilla y auténtica.
Cuando se tienen plantas de albahaca en casa, no hay nada más agradable que coger unas cuantas hojas directamente del jardín o de las macetas del balcón, lavarlas y saborear su maravillosa fragancia en la mesa.
Sin embargo, puede ocurrir que la albahaca esté amarillenta y un poco quemada. ¿Cómo puede salvarla? He aquí algunos remedios sencillos y económicos.

Albahaca amarillenta y quemada: ¿cómo puede salvarla usted mismo?
Cuando las hojas de albahaca tienden a ponerse amarillas y arden por los lados, es señal de que la planta está sufriendo. Sin embargo, existe un remedio que se puede hacer en casai de forma sencilla, rápida y económica.
Si las hojas de la albahaca tienden a ponerse amarillas, puede deberse a la desnutrición. Esto significa que la planta es incapaz de asimilar correctamente el hierro y todos los demás micronutrientes del suelo.
Más concretamente, el suelo se riega con agua muy rica en caliza, lo que crea un desequilibrio en el pH del suelo, provocando carencias de hierro, potasio, zinc y nitrógeno.
Para ello, puede tomar medidas inmediatas introduciendo abono a base de hierro en la maceta o en la tierra mientras reduce la exposición al sol.
En cuanto al agua, puedes recoger agua de lluvia en cubos para ponerla en el exterior. También puedes utilizar agua del grifo. Llena un cubo, déjalo al aire libre durante al menos 24 o 48 horas y luego riega la albahaca para eliminar la cal.
También es posible que las hojas de albahaca se vuelvan amarillas debido al exceso de agua hacer que la tierra esté demasiado húmeda. Si la riegas todo el tiempo o si estás en medio de una temporada de lluvias excesivas, la tierra se humedece demasiado. El agua puede ahogar las raíces y, en algunos casos, incluso pudrir todo el sistema radicular de la albahaca.
En este caso, es necesario no regar la planta durante unos días y esperar a que la tierra se seque. Sólo entonces podrá regar su planta de albahaca. Un truco es mover la planta si está en una maceta. Colócala en un lugar más soleado para que la tierra se seque más rápidamente.
Por último, si las hojas de albahaca están amarillas y quemadas, puede deberse a un mal trasplante. Para ello, es necesario cambiar de maceta y de tierra de cultivo más rica en nutrientes para cultivarla.