Una orquídea que florece con rapidez y regularidad: ¡el secreto está en la tierra!

La orquídea es una planta tropical que se ha hecho muy popular con el paso del tiempo. Originaria de Asia, Centroamérica y Sudamérica, tiene algunas peculiaridades a las que debes prestar atención si quieres cultivarla. La orquídea se cultiva principalmente en interior dependiendo del clima templado de nuestros hogares.

En su entorno natural, la mayoría de las orquídeas crecen de forma natural en estado silvestre sobre troncos de árboles. Por lo tanto, debemos prestar atención al primer factor fundamental para el cultivo de esta planta, que es el suelo. Descubramos cuál es la mejor manera de satisfacer las necesidades de la orquídea.

Orquídea: una planta con necesidades especiales

Si ya tienes una orquídea, probablemente te habrás dado cuenta de que no está plantada en la tierra común a la que estás acostumbrado. Las orquídeas son plantas que no necesitan tierra para que crezcan sus raíces, sino espacios porosos y aireados. Por eso sus raíces son aéreas, es decir, crecen fuera del suelo, buscando humedad en el ambiente.

La orquídea Phalaenopsis es la especie de orquídea más común. Esta especie es la que más se vende en floristerías y la que más se cultiva en pisos. Para que crezca correctamente, es necesario preparar un suelo especial adecuado para orquídeas.

La tierra común para macetas no es adecuada para las necesidades de las orquídeas. La buena tierra para macetas para orquídeas incluye componentes que pueden proporcionar circulación de aire y un excelente drenaje.

Empecemos por la corteza de corteza. La corteza es uno de los elementos principales en el cultivo de orquídeas. Es un material poroso que recuerda directamente al hábitat biológico de la planta. Poner trozos pequeños y medianos de corteza en tu maceta de orquídeas asegurará un buen drenaje y aireación de las raíces.

¿Qué material elegir?

El sapin es sin duda el más adecuado. Su fibra garantiza porosidad y resistencia al desgaste con el paso del tiempo. Es, por tanto, más equilibrado que otras cortezas. Otro material necesario para la maceta, que seguramente recuerda a los ambientes tropicales, es la fibra de coco.

La fibra de coco retiene bien la humedad. Al mismo tiempo, no impide que el agua drene o pase entre las raíces de la orquídea. Representa un material orgánico seco y estéril. Precisamente por eso evita la formación de infecciones que puedan afectar a la planta. La fibra de coco se descompone lentamente: esto garantiza un mayor lapso de tiempo entre un trasplante y otro. El coco está disponible en diferentes granos o grosores. Las fibras de grano fino se asemejan a un pelo muy fino. También existen fibras de mayor grosor y aglomerados de coco que pueden sustituir a la corteza.

Otro elemento necesario: arcilla expandida. La arcilla expandida tiene la capacidad de mantener y recrear el microclima ideal para las orquídeas. De hecho, la arcilla es capaz de retener la humedad y, por tanto, proteger a la orquídea de las variaciones térmicas.