Con el cambio de estación, ¿cómo doblar abrigos y chaquetas? Los sastres explican su método infalible.
Ha llegado el momento del cambio de estación, guardar toda la ropa de invierno para dar paso a la ropa de primavera y verano. Aunque el tiempo nunca sea estable, los abrigos y chaquetas ya no se llevan y se puede hacer el cambio total. Pero, ¿cuál es la mejor manera de doblarlos sin que ocupen espacio? El método de los sastres se desvela por fin y enseña una técnica nunca vista que deberías probar ya.
¿CÓMO SE CAMBIA DE TEMPORADA EL VESTUARIO?
La transición del frío invierno al calor de la primavera/verano hace posible hacer algo de desorden. Lavar y doblar, o revender la ropa que ya no se va a poner, hasta ordenar las chaquetas y abrigos más difíciles de gestionar.
El invierno es una colección de ropa muy pesada, ésta se guarda finalmente y se hace sitio para vestidos, camisetas, pantalones ligeros y cualquier otro tipo de ropa no pesada. La operación requiere tiempo y atención, sobre todo si algunas prendas tienen manchas.
De hecho, lo ideal es lavarlo todo y luego, una vez bien secas, meter las prendas en una caja o en bolsas especiales para que no ocupen demasiado espacio.
Los suéteres de cachemira deben lavarse y tratarse en la lavandería, y luego guardarse en el armario en bolsas especiales para conservarlos hasta que llegue de nuevo la temporada de invierno.
En efecto, las prendas de lana son las más delicadas de todas y hay que tener cuidado. Los jerseys y chaquetas de punto gruesos pueden doblarse utilizando el método de la bolsa. Se doblan sobre sí mismos hasta convertirse en pequeñas bolsas. Si se dispone de espacio, pueden guardarse en cajas, no sin antes utilizar una bolsa que los proteja de la humedad y el moho.
Doblar abrigos y chaquetas: el método de los sastres
Lo primero que hay que hacer es llevar los abrigos, chaquetas y americanas a la lavandería. En la mayoría de los casos es mejor lavarlos en seco. Una vez listos, pueden guardarse en el armario con su funda y colgarse con un gancho resistente.
Pero no todo el mundo tiene el espacio a su disposición, por eso se aplica el método de los sastres.
Coge una chaqueta o abrigo y colócala sobre una parte plana. Inmediatamente después, coge las dos mangas y dóblalas sobre la parte trasera de la chaqueta. Dobla la prenda sobre sí misma y, a continuación, dóblala una vez más. Con este método, podrás tener una chaqueta pequeña que quepa en todos los armarios, incluso en los más pequeños.
Para que sigan oliendo bien durante toda la estación cálida, añade bolsitas de lavanda o menta al armario para que no cojan el desagradable olor a humedad.