Cultivar cúrcuma en casa es posible y puede proporcionarle un suministro continuo de esta preciada especia. A continuación te explicamos cómo cultivar cúrcuma sin fin en casa:
1. Consigue rizoma de cúrcuma: Para empezar, hazte con un rizoma de cúrcuma fresco y de calidad. Puedes encontrarlo en una tienda de alimentación o en internet. Asegúrate de que el rizoma es firme y no tiene moho.
2. Prepara una maceta: elige una maceta lo suficientemente grande para que quepa el rizoma de cúrcuma. Asegúrate de que la maceta tenga un buen drenaje, ya que a la cúrcuma no le gusta la humedad estancada. Rellena la maceta con tierra de buena calidad.
3. Planta el rizoma: Planta el rizoma de cúrcuma en la maceta, empujándolo ligeramente en la tierra con los brotes hacia arriba. Riega la tierra para mantenerla ligeramente húmeda, pero no empapada.
4. Mantén la maceta caliente: La cúrcuma crece en un ambiente cálido y húmedo. Coloque la maceta en un lugar luminoso, pero alejado de la luz solar directa. Lo ideal es una temperatura ambiente de unos 20-30 °C.
5. Riega regularmente: Asegúrate de mantener la tierra ligeramente húmeda regando con regularidad. Sin embargo, no dejes que el agua se estanque en el platillo, ya que la cúrcuma puede pudrirse si se moja demasiado.
6. Espera a que crezca: La cúrcuma empezará a crecer al cabo de unas semanas. Cuando alcance una altura de entre 30 y 60 cm, podrás cosecharla. Para ello, desentierra el rizoma, coge lo que necesites y vuelve a plantar parte del rizoma para que siga creciendo la cúrcuma.
7. Mantenimiento continuo: Para tener un suministro continuo de cúrcuma, repite el proceso de plantar, cultivar, cosechar y volver a plantar. Puedes cultivar varias plantas en rotación para asegurarte un suministro constante.
Asegúrate de cuidar bien tus plantas de cúrcuma, proporcionándoles el entorno adecuado y protegiéndolas de plagas y enfermedades. Con los cuidados adecuados, podrás tener cúrcuma fresca a mano en todo momento.