La orquídea phalaenopsis es muy popular, especialmente entre los principiantes y todos los aficionados a la jardinería que creen que no tienen un pulgar verde. Sin embargo, siempre llega un momento en que estas hermosas flores se dañan y se marchitan. Lo único que queda es un follaje perenne, ¡que no es muy decorativo en nuestras casas! Así que te estarás preguntando cómo conseguir que tu orquídea vuelva a florecer de forma eficaz. Se trata de toda una serie de pasos de mantenimiento que a veces pueden poner a prueba la paciencia incluso del jardinero más experimentado. Aquí tienes algunos consejos sobre cómo cuidar tu orquídea para que vuelva a florecer sin pudrirse.
Entre las técnicas adecuadas para cortar el tallo y todas las cuestiones de mantenimiento (riego, luz, etc.), el cultivo de orquídeas phalaenopsis y sus nuevas floraciones ya no tendrán secretos para usted.
1) Poda eficaz para que una orquídea vuelva a florecer
En este caso, debe tener en cuenta los dos posibles escenarios que afectarán a la poda y, por tanto, también al rebrote de nuevas hojas y flores en su orquídea marchita.
Situación 1: El tallo sigue verde
En este caso, puede esperar una segunda floración de keikis (orquídeas bebé) en el mismo tallo. De hecho, el mismo tallo puede florecer dos o tres veces. En este caso, hay que quitar las flores gastadas, dejar reposar la planta unos días y, a continuación, cortar el tallo por encima de un capullo con unas tijeras de podar. Para ello, empiece por la base de la orquídea y corte el tallo muerto 1 cm por encima del tercer capullo y por debajo del tallo floral. Esto permitirá que crezcan nuevos brotes pequeños y florezcan. Puede tardar entre dos meses y un año.
Situación 2: El tallo está seco
Corte el tallo seco a ras del follaje. Esto dará tiempo suficiente a que aparezca un nuevo tallo floral con suntuosos botones florales. Este tallo aparecerá en la axila de la hoja más vieja. ¿El tallo está seco hasta la base? En este caso, no hay elección si quiere ver surgir hermosas plantas con flores: separe el tallo de su soporte y tenga cuidado de recortar en la base.
2) Cuidar el medio ambiente para que los futuros tallos florezcan hermosos
Como todos sabemos, las plantas de interior con flores odian las corrientes de aire y la luz solar directa. Pero, en la práctica, evitar estos parámetros no basta para garantizar que las plantas con flores vuelvan a despegar con facilidad. Tras el corte, lo mejor es guardar estas plantas en un lugar fresco y sin calefacción. Expuestas durante unos veinte días a una temperatura de 15°C, su planta desflorada volverá a florecer. Lo ideal es sacar las orquídeas una vez pasadas las heladas, manteniéndolas bajo un árbol de follaje ligero entre mayo y septiembre. (Cuidado con los parásitos, como babosas, caracoles y cochinillas). A continuación, colócalas en un lugar fresco en septiembre.
En cuanto su planta empiece a florecer, llévela al interior. En el interior, evite el pleno sol de una exposición sur, que ofrece demasiada luz. Así que acuérdese de filtrar los rayos del sol con una cortina para obtener una luz agradable sin exceso.
3) Riegue y alimente la planta sin errores
Las orquídeas prefieren remojarse en agua no calcárea (tibia o a temperatura ambiente si es posible). Si no tienes agua blanda (de lluvia, por ejemplo), utiliza agua del grifo con un chorrito de vinagre para neutralizar la cal. Sumerge la olla en un barreño con agua durante unos 15 minutos, el tiempo suficiente para que salgan las burbujas de aire. A continuación, escúrrela bien para evitar que el agua se estanque en el platillo o la maceta. A continuación, deja que se seque entre riego y riego. También puedes rociar el follaje con un nebulizador para mantener la atmósfera húmeda. Por otro lado, nunca riegue ni pulverice la cabeza de la orquídea… ¡a menos que quiera matar todas las flores existentes o futuras! Las orquídeas no toleran el exceso de agua.
¿Y abonos especiales para orquídeas?
No se recomiendan los abonos químicos. En invierno, puede utilizar abono una vez al mes, y después cada diez días cuando haga más calor.
4) El trasplante, un paso que nunca debe descuidar para que su orquídea vuelva a florecer
Tanto si se trata de una orquídea marchita como de una sana, conviene trasplantar una orquídea cada dos o tres años en una nueva maceta de plástico. Esto es muy importante, ya que la tierra tiende a desgastarse con el tiempo. Elija una maceta transparente un poco más grande que la antigua, rellénela hasta la mitad con corteza de pino y bolas de arcilla.